Así que dándole vueltas al asunto, me acordé que había varios artículos en la WD (cuando era una revista de verdad allá por finales de los 80 y principios de los 90, y no un panfleto publicitario como ahora) que te hablaban de jugar partidas pequeñas, o simplemente escenarios predeterminados, que no tienen por que tener ejércitos equilibrados, si no simplemente un objetivo distinto para cada bando.
La verdad, supongo que es cuestión de gustos, y que habrá quien prefiera las partidas grandes con cientos de minis por bando. Yo personalmente, como algo aislado (una vez al año y por que no hace daño) considero que están bien, pero como norma las detesto. Yo juego para divertirme, y en ese concepto de diversión, no entra pasarme la mitad de la tarde sacando minis del maletín y colocándolas en las bandejas de movimiento, y la otra media desplegando. Me da igual que sea Warhammer, 40.000 o cualquier juego histórico. Esa es una de las razones por las que decidí después de jugar un tiempo a Warhammer Ancient Battles 2ª edición, que me volvía a la primera.
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Imagen sacada del Blog Warhammer for Adults. |
(lo podéis ver aquí, http://warhammerforadults.blogspot.com.es/2013/07/battle-report-standing-firm-at-mourning.html)
El ejército más grande está compuesto por poco más de 50 minis de infantería, un carro y 3 monstruos. Los defensores por poco más de un par de unidades, pero lo importante es el escenario en si mismo. La diversión no está en ver quien lleva unidades más grandes, quien lleva el mejor ejército, o quien arrasa al otro. Está en representar una pequeña historia.
Personalmente he disfrutado mucho de este tipo de partidas. Es más, recuerdo con especial cariño el escenario que te venía para jugar en la caja de 4ª edición llamado "La batalla por el paso de Maugthrond"
Me lo pasé genial jugándolo con las minis que te venían en la caja. Y esas fichas troqueladas para representar a los personajes.
Y eso que para mi, lo que le fallaba a este escenario, era precisamente los personajes. Eran demasiado poderosos para ejércitos tan pequeños. Un par de héroes y un chamán de nivel 1 o 2 hubieran valido.
Crear pequeños escenarios con ejércitos pequeños, te da la oportunidad de crear grandes historias. Crear pequeños personajes que vayan evolucionando. Los grandes personajes especiales del mundo de Warhammer, son la repanocha, pero para mi, carecen del encanto de otros más humildes como Felix Jaëgger, o los personajes de campañas como "El ídolo de Gorko". Todo es muy fácil cuando eres Aenarion y puedes matar a mil demonios con una mirada, pero lo verdaderamente heroico es ser un pequeño oficial de un destacamento fronterizo de alabarderos, y tener que defender un pueblo junto a 10 de tus hombres, de un centenar de goblins.
Este tipo de partidas, tiene una serie de ventajas respecto a sus hermanas mayores. La primera y más evidente es que necesitas menos miniaturas. Puedes tener lista tu fuerza de combate en muy poco tiempo aunque te pase como a mi, y te guste jugar con todo pintadito.
La segunda, que se necesita menos tiempo y espacio. Por lo que se pueden jugar en un rato libre una tarde que no sabes que hacer, pero no tienes tiempo suficiente para preparar una gran batalla.
Y el tercero, que te permite realizar pequeños proyectos de escenografía para los escenarios, y que no te llevarán toda una vida (muchas veces, 4 o 5 elementos bastarán para todo el escenario)
Otra forma de jugar escenarios de este tipo en vez de utilizar solo ejércitos pequeños, es jugar escaramuzas. Como las que planteaban en el suplemento que salió con este mismo nombre.
En este suplemento, te venían un montón de escenarios la mar de divertidos para jugar, con unas reglas simplificadas, parecidas a las de Mordheim (y que también venían en el reglamento de 6ª edición de una forma más resumida) Una partida necesitaba, poco espacio, pocas minis, y unos pocos elementos de escenografía. Y la verdad, es que eran partidas muy divertidas. Yo solo tuve la ocasión de jugar 3 o 4 de los escenarios, pero me hubiera gustado probarlos todos.
En definitiva, que ejércitos más grandes, y más horas "jugando", no significan necesariamente más diversión. Jugad este tipo de partidas, y comprobaréis que muchas veces, disfrutaréis más que llenando la mesa de soldaditos hasta el borde.