La ciudad de Felstad, ruina de lo que antaño fue cuna de riquezas y prosperidad, guarda múltiples y profundos misterios que nunca serán asimilados por una mente humana. Otros de estos sucesos inexplicables tienen, por el contrario, un ámbito mucho menos ignoto y metafísico, como por ejemplo qué causa pudo hacer que el mago Pietr Rudokslav acabara enrolándose con esa banda de malolientes norteños salvajes con los que se los ve vagando por las ruinas de la extinta urbe. Los refinados modales y trascendentes costumbres del hechicero contrastan en buena manera con las tradiciones paganas y materialistas y los mudables propósitos de estos bárbaros que solamente buscan comida abundante, fornicio fácil y una paga proporcional a la violencia que gastan como mercenarios. Ni tan siquiera el adormilado y barbilampiño Utter, ayudante y aprendiz de Rudokslav, parece aguantarlos con más resignación que su amo, aunque ambos reconocen que son buenos guerreros y pelean bien cuando la ocasión lo requiere. Utter espera ilusionado llegar a ser la mitad de sabio que su amo y patrón, por lo que encuentra en esta esperanza la motivación para la paciencia. Aun así, despertarse al alba con el peculiar olor a cervezas y arenques y los bravucones y groseros cánticos de los norteños, no es la mejor forma de comenzar una dura jornada de búsqueda y aventuras. Es indudable que la completa falta de higiene y moralidad resulta un inconveniente considerable a la hora de convivir, y así se lo recuerda el mago a sus guerreros con exasperantes reprobaciones, aunque ellos con frecuencia vociferan como respuesta "¡Seremos morales cuando el oro corra a raudales! ¡Solo tomaremos un baño cuando cobremos sin engaño!"
Únicamente un noble propósito podría llevar a un mago a alejarse de su cómoda torre, de su tierra natal y de la monotonía y comodidad de sus profecías en la oscuridad y sus premoniciones secretas y vagar con semejantes compañías. Únicamente un propósito alejado de toda connotación prosaica podría sostener los grandes sacrificios que se hacen. Rudokslav trama algo, lo persigue con ahincó, y pronto sus deseos serán revelados...
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El mago Rudokslav, y su aprendiz Utter |
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4 de los norteños. Como se puede apreciar claramente, no tienen por costumbre ser muy aseados. |
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Otros 5 secuaces, incluido el que hasta el momento de ser contratados por Pietr, era el jefe ocasional de esta panda de rufianes. |
Bueno, lo primero que se puede apreciar (además de que las fotos esta vez no las he hecho yo jajajaja) Es que hay una buena variedad de miniaturas de distintas marcas, y todas ellas encajan perfectamente. Para los que no las reconozcáis, más allá del mago de Warhammer Quest como Rudokslav, y el mago del Heroquest como aprendiz, os diré que ahí tenéis minis de Gripping Beast de su caja de "Dark Age Warriors" minis de Warlord Games de Celtas, una mini de Foundry de su gama de Francos, y por supuesto de la caja de secuaces de North Star para Frostgrave.
Como podéis ver las miniaturas no desentonan para nada ni en escala, ni en aspecto o tamaño. Una vez pintadas nadie diría que son miniaturas de distintas marcas y ambientaciones.
De aquí a poco, os podré también la banda de Luife, y la mesa que está construyendo ex profeso para este juego el por un lado, y yo por otro (escenografía sobre todo, como edificios, y alguna que otra sorpresa jeje) Y por supuesto, en cuanto juguemos nuestra primera partida, seréis los primeros en verlo por aquí.
Esperamos que os guste la entrada, y como siempre esperamos vuestros comentarios. Os dejo, que ha empezado de nuevo a nevar y todavía tengo mucha leña que cortar, y muchos tesoros que encontrar. Un saludo a todos.
Esperamos que os guste la entrada, y como siempre esperamos vuestros comentarios. Os dejo, que ha empezado de nuevo a nevar y todavía tengo mucha leña que cortar, y muchos tesoros que encontrar. Un saludo a todos.