El gélido viento del norte sopló entre la coníferas del bosque cercano, emitiendo un gemido que hacía aún menos apacible un atardecer ya de por si siniestro en las tierras del sur de Naggartoh.
Kull Vraneth miraba con desprecio las ruinas de lo que parecía ser un pobre asentamiento humano derruido. Eso es lo que había venido a buscar, miserables esclavos huidos que se había establecido en un pequeño poblado al sur de las montañas del espinazo negro, en la costa de Ashem.
Eran tan estúpidos que creían que por alejarse unos cuantos cientos de km de la ciudad Druchii más cercana, y tener de por medio montañas y bosques plagados de monstruos y peligros, ya iban a estar a salvo fuera del alcance de sus crueles amos.
No, eso era algo que jamás podía ocurrir. Permitirlo daría pie a pensar a otros esclavos que merecía la pena huir, o al menos intentarlo. Daba igual que se hubieran establecido en los mismísimos desiertos del caos, una expedición sería enviada a destruir ese lugar y matar a los fugados, al menos a la mayoría. Unos cuantos serían llevados de vuelta a Naggaroth, y repartidos por las distintas ciudades. Serian torturados durante semanas hasta que finalmente fueran sacrificados en los altares de Khaine. Sus gritos y lamentos servirían de aviso a los demás esclavos.
El asentamiento parecía haber sido derruido hace ya mucho tiempo, por lo que o bien este no era el lugar que buscaban, y los exploradores serían sacrificados allí mismo por su incompetencia, o bien el señor de los verdugos lo había mandado a una trampa. La naturaleza mezquina y paranóica de Kull le hizo pensar que la segunda opción era la más segura. Su poder en la corte de Har-ganeth había aumentado mucho con sus últimas victorias, los celos de sus señor podían haberle costado una sentencia de muerte.
De repente, el ruido de tropas marchando en el horizonte lo sacó de sus pensamientos. Uno de los miembros de su guardia le hizo una señal dirigida al sur. Un pequeño ejército se divisaba saliendo de los bosques.
¿Acaso estos patéticos humanos tendrían el valor de haberse armado y enfrentarse a él? No, ni siquiera tendría el placer de matar hombres. Eran Skavens, una pequeña horda de estas inmundas bestias, despreciables y malolientes hijos de dios rata. Eso explicaba por que el asentamiento humano estaba destruido y no había rastro de ellos. Habían huido de sus amos elfos, solo para caer esclavos de los skavens.
Por lo visto esta pequeña hueste buscaba más humanos para capturar. Bueno, al final, el viaje no sería en balde. Kull se relamió los labios, y trazó un nuevo plan en su mente. Si no había humanos, llevaría esclavos skavens para las minas. No le reportaría tanta gloria como los humanos fugados, pero si que le haría ganar una buena suma de dinero. Y este, bien empleado en el templo de Khaine, le podía garantizar los servicios de uno de sus discípulos. Ya era hora de que el título de señor de los verdugos cambiara de dueño, Y una buen puñal envenenado en la espalda, era una buena forma de hacer que su actual propietario dejara el cargo.
Y así con esta pequeña introducción, os presento la batalla que esta mañana hemos jugado Helios y yo. Nuestra intención es ir haciendo cada mes uno parecido y ponerlo en el blog. Esa es nuestra intención, aunque como ya se sabe, luego los compromisos y los imprevistos, juegan malas pasadas (sobre todo cuando tienes niños pequeños)
En este primer informe de batalla, Hemos usado los elfos oscuros que ya os enseñe en el blog pintados por mi hermano (con un pequeño añadido) y los Skavens de Helios. En el de Helios, hay mezcla de miniaturas de varias ediciones, pero eso no es algo importante, si las minis nos gustan. Es más, en su ejército va una Quimera de las nuevas (de mi colección) pintada por Luife, ya que el no tenía aun pintada la suya. ¿Una quimera dirán algunos? Pues si. Para los que no estéis muy puestos en el trasfondo Skaven antiguo, os diré que el clan Moulder era famoso por capturar toda serie de monstruos en los desiertos del caos para vender a otros clanes, o para hacer experimentos con ellos. Y entre los más codiciados estaban las Quimeras.
Como hemos jugado con una mezcla de reglas de 8ª, con magia de 5ª, y libros de 4ª (si, somos así de raros) hemos decidido volver a la vieja táctica de poder meter monstruos sueltos.
Para empezar aquí os dejo mi ejército
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Los incursores de Kull Vraneth |
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Mi general Kull Vraneth. Algunos de lectores como Luife, o Juanjo del Castillo. Seguro que recuerdan con cariño esta miniatura. |
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El paladín hechicero Ruerl Tuervenom |
Ahora el ejército Skaven.
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Toda una horda al lado de los elfos oscuros. |
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El señor de la guerra, el paladín brujo, y el porta de batalla skavens (todos ellos tramando como matar a los otros, seguro) |
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Y por supuesto no podía faltar un asesino. |
Tras las primeras tiradas de rigor, Helios pudo elegir el lado de la mesa con menos obstáculos, que era el que le convenía más para poder desplegar sus unidades de mayor tamaño, y ganó la tirada para ver quien empezaba, decidiendo empezar el mismo.
Aquí los despliegues iniciales.
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El despliegue Skaven que abarca casi toda la mesa. |
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Los elfos oscuros superados en número hacen un despliegue más compacto. |
Ya desde el primer turno se vio que los Skavens teniendo una gran superioridad numérica, y con el apoyo de la Quimera, necesitaba trabar combate cuanto antes. Así que marchó con todas sus tropas esperando dejar el menor número de disparos posibles tanto a ballesteros como al lanzavirotes.
Los elfos oscuros viendo la que se les venía encima, decidieron esperar un poco atrás y disparar todo lo que tenían. Esperando que entre disparos y magia, pudieran hacer el daño suficiente para que cuando llegara el combate, sus mejores tropas pudieran hacer frente a la marea Skaven. Pero a pesar de que los ballesteros consiguieron hacer una herida a la Quimera, el lanzavirotes no le hizo ni un rasguño, y los vientos de la magia tampoco estuvieron del lado de los elfos. Ruerl Tuervenom conocía el Horror negro de Arnizipal, pero cuando tras reunir suficiente energía se disponía a lanzarlo y acabar con un buen montón de ratas, el brujo skaven soltó una risita chillona y mostró la carta de "Rebote", dispersando el hechizo de magia oscura y lanzando a su vez un Viento ponzoñoso contra la unidad del Ruerl, matando a 5 de sus guerreros.
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¡¡¡¡Rebota rebota y en tu culo explota!!! O algo así me dijo el brujo skaven. |
En el segundo turno Skaven dieron comienzo las hostilidades de verdad. La unidad de alimañas con el señor de la guerra skaven, cargó contra mi guardia negra al mando de Kull Vraneth, y la Quimera hizo lo propio contra la unidad de guerreros elfos oscuros y el hechicero. Mi general desafió al suyo, que a pesar de ser un cobarde skaven, aceptó. Y cuando la Quimera se disponía a matar a mi hechicero, salió en su defensa su familiar guerrero.
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Métete con uno de tu tamaño abusón. |
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Mi general se enfrenta al señor de la guerra skaven mientra canta Gigatron "un millón de cabezas corté, con el mástil de mi guitarra.." |
Mi general iba armado con el hacha de los verdugos, pero el miserable skaven consiguió escaparse de perder la cabeza a pesar de recibir una herida. Los skavens ganaron el combate, y tras el chequeo de desmoralización, como es normal en mi, un 11 hizo que mi general y su escolta salieran por patas.
Mientras tanto, aunque la Quimera mató al familiar guerrero, a un par de guerreros y ganó el combate, estos aguantaron valientemente (al contrario que su general) Aunque su final estaba ya decidido.
En el siguiente turno, Mi general decidió que en realidad los skavens no se vendían bien, y se piró de vuelta a Naggaroth (vamos que saqué otro 11 en el chequeo de reagrupamiento y el y su unidad se fueron de la mesa). Cargué con los corsarios y los gélidos a la unidad de guerreros skaven del flanco derecho que fueron masacrados, y con todos los disparos que tenía, solo conseguí matar a 4 corredores de alcantarilla. En la fase de magia no conseguí lanzar ningún hechizo, Y empezó el tercer turno skaven.
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Aunque el sándwich de rata no está muy allá, tras la huida de mi general, y la inminente muerte de mi hechicero, no había mucho más que mascar. |
En su turno los skavens prácticamente terminaron de decidir la batalla a su favor. La quimera mató al hechicero y a un buen montón de guerreros, que aún así se negaron a irse. La otra unidad de guerreros del clan con el brujo skaven y los corredores de alcantarilla cargaron contra los ballesteros, y el lanzallamas probó a hacer churrasco de elfos, achicharrando a unos pocos monjes de plaga por el camino.
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Valentía suicida que lo llaman ahora. "Con dos cojones joder" que lo hemos llamado siempre. |
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La barbacoa, la barbacoa... cantaba la dotación del lanzallamas. |
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Un porta de batalla skaven, un asesino, corredores, y un huevo y medio de guerreros del clan. Estos pobres ballesteros lo tenían muy neeeeeeeeegro. |
En el siguiente turno, los monjes de plaga cargaron a los corsarios y se masacraron mutuamente, con ligera ventaja ratonil. Los gélidos dieron media vuelta y se dispusieron a vender caras sus vidas, mientras la Quimera se tomaba un segundo tentempié de elfos con la dotación del lanzavirotes.
Finalmente los últimos monjes de plaga acabaron con los corsarios, y los gélidos en una carga suicida, consiguieron hacerle una herida al general, ganar el combate y hacer huir a la unidad de alimañas con su señor de la guerra y su lanzallamas de disformidad. Pero perdiendo a tres de ellos en el proceso. Con lo cual, los dos últimos elfos oscuros de la mesa maldijeron a los hijos de la rata cornuda y se dispusieron a entregar sus vidas a Khaine en una lluvia de hechizos y muerte.
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Para una oportunidad que tenían de eliminar al general enemigo, estos mostraron como se huye de verdad y sacaron 12 pulgadas en la tirada. Los gelidos solo 8, y con ello, su última esperanza se desvanecía. |
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¿Alguien quiere ancas de gélido a la salsa de Druchii bien hechas? |
Bueno, pues una gran mañana con una gran partida que quizás se decidió demasiado pronto por mis famosos chequeos de liderazgo, pero que ha tenido todo lo que esperábamos. Diversión, emoción y un aspecto espectacular.
Espero que hayáis disfrutado con el informe, al menos una parte de lo que nosotros hemos disfrutado jugándolo. Pronto iremos preparando el siguiente, entre enanos, y orcos y goblins.
Un saludo, y esperamos vuestros comentarios.