Hace algunas entradas, un par de lectores pidieron a mi socio Luife que les explicara como hacía las peanas de lava que llevaba su ejército. Pues bien, en vez de explicarlo someramente, Luife decidió haceros un tutorial paso a paso, y aquí lo tenéis. Que lo disfrutéis.
Hace tiempo me preguntasteis cómo pinté las peanas de lava de mi ejército de Tzeentch y aquí está el procedimiento. Este método no comprende un proceso sencillo fácilmente ejecutable en tres minutos, pero tampoco es difícil ni imposible: cualquier persona que sepa coger un pincel y aplicar capas de pintura está más que capacitado para desarrollarlo. Quien pretenda pintar una peana de lava en dos o tres pasos, instantáneamente, que pinte de rojo sangre, aplique un pincel seco de amarillo y punto. Este tutorial no busca un acabado tipo “Spanish Team”, pero sí pretende conseguir un resultado más llamativo y elegante de lo que habitualmente se conoce como nivel “Tabletop”. No es un proceso rápido, pero tampoco es endiabladamente lento; reconozco haber utilizado unos 17 minutos en total para pintar esta peana, porque el calor ha ralentizado considerablemente la humedad de mi pintura y porque he consultado un par de veces mi correo electrónico mientras lo hacía. Si hubiera hecho una tanda de peanas en serie, habría tardado aproximadamente lo mismo. Una manera de aligerar el proceso sería no fabricar uno mismo las peanas, sino comprarlas ya hechas a cualquier marca que las dispense, pero esto restaría autenticidad y originalidad a nuestra obra; los creadores de Bricomanía nunca os lo perdonarían.
A continuación os describo los pasos seguidos
PASO 1: Cogemos una peana del tamaño deseado (en nuestro caso una sencilla peana de Renedra) y le añadimos el montículo rocoso, que no deja de ser una “tortilla” aplanada con rodillo de amasar de DAS PRONTO o cualquier masilla bicomponente (las del chino suelen ser mucho más duras que el DAS y las recomiendo encarecidamente) a la que le hemos “roto” manualmente los bordes para dar sensación de roca desgastada sometida a las inclemencias de los desiertos del Caos. Hay que pegar bien el montículo con cianocrilato o pegamentos semejantes.
PASO 2: Imprimación en negro. No hay secretos.
PASO 3: Pincel seco en Gris Medio a todo el montículo rocoso.
PASO 4: Pintamos la superficie de lava de color rojo oscuro, no hay que preocuparse si no cubre perfectamente. Podemos dar un pincel seco de este color a los bordes de la roca para simular el reflejo luminoso de la lava. Yo he utilizado el color ROJO RUBÍ de Coat D´Arms.
PASO 5: Pintamos la superficie de lava de ROJO SANGRE, teniendo cuidado de dejar una ligera línea del color anterior pegado a la roca.
PASO 6: Pintamos la superficie de lava de ROJO SANGRE mezclado en una proporción de un cincuenta por ciento con AMARILLO SOLAR, o bien aplicando directamente NARANJA. Tratamos de dejar una ligera línea del color anterior próximo a la roca.
PASO 7: Pintamos los bordes de la peana con ROJO SANGRE mezclado en una proporción de un 20 por cierto con AMARILLO SOLAR (un naranja claro, casi amarillo, para entendernos). Podemos pintar algunos puntitos diminutos con este color próximos a los bordes de la peana para simular los destellos fulminantes de la lava. Si queremos, después de esto podemos repasar de nuevo los bordes con AMARILLO SOLAR directamente.
PASO 8: Pintamos los bordes de la peana con AMARILLO SOLAR mezclado en una proporción de un 20 por ciento con ARENA CLARA de Vallejo. Después de esto, podemos utilizar ARENA CLARA en determinados puntos para añadir más luminosidad y marcar puntos donde la lava funde más aún.
OPCIONAL: Podemos añadir diminutos puntitos de negro pegados a la roca para simular pequeños trozos de roca en proceso de fundición, y dar un pincel seco de un tono anaranjado a los bordes de la roca. Se barniza todo con barniz mate y ¡LISTO!
Confío en que esta pequeña guía os facilite añadir vida y contexto a vuestros ejércitos. Si una banda de Bárbaros del Caos, un regimiento de Centauros o una partida de guerra de Elfos Oscuros son ya de por sí representaciones terribles, siniestras y dramáticas ¡imaginad si le añadimos un suelo vapuleado por la virulenta erupción de un volcán!
Dr. Luis Fernando López García.
Como siempre, esperamos vuestros comentarios. Un saludo a todos.